El Tarot ha sido popularmente definido y estigmatizado como una especie de artefacto mágico de dudoso origen que sirve para ver el futuro, como una especie de ventana metafísica que permite a algunos seres privilegiados con el don de la videncia detectar situaciones que están ocurriendo o están por ocurrir en la vida del consultante (de las cuales él o ella generalmente no tienen ni remota idea hasta estar sentados frente a la mesa de lectura) con el propósito de guiarlo en la ¨toma acertada¨ de  decisiones en el amor, el dinero, el trabajo y la salud.

En estos años de práctica como terapeuta taróloga he podido observar que muchas personas que vienen a consultar, imaginan que pueden entregar sus conflictos, dudas, dicotomías, sufrimientos a una especie de ser omnisapiente que, armado del poderoso artefacto, no solo podrá acceder de forma automática a su pasado, presente y futuro, sino entregarle las respuestas ¨correctas¨ con pleno conocimiento de causa y devenir en cada situación.

Esta fantasía es muy común -incluso en personas con estudios universitarios avanzados y con coeficientes intelectuales altos- y corresponde, de forma directa, a la necesidad natural de toda psique humana de buscar -en momentos de alta tensión y angustia vital- una especie de fuerza superior numinosa que la guíe y le entregue respuestas que, para el individuo, están veladas y ocultas a su percepción humana terrenal, común y ordinaria; la realidad es que todos de alguna manera estamos buscando, de forma consciente o inconsciente, ser ¨descargados¨ de la responsabilidad de nuestras decisiones y de nuestros actos, sentir que de alguna manera nuestro destino está en manos de instancias superiores…

Este impulso de buscar manifestaciones sobrehumanas en momentos de angustia, desafortunadamente, ha sido reforzado por la toma de poder de muchos videntes sobre sus consultantes a través de prácticas de manipulación y sugestión en muchos niveles (en algunos casos sin mala fe y en otros con claras intenciones de estafa). A veces estos estados de sugestión pueden dar resultados espectaculares a corto plazo, en la mejoría de ¨síntomas¨ pero difícilmente se mantienen en el tiempo, pues no tocan la raíz del problema desde el interior de la psique de la misma persona que manifiesta la crisis.

Este fenómeno de distorsión dialéctica en la práctica tarológica ha sido muy nocivo para el desarrollo de estudios serios sobre la naturaleza, estructura y posibles aplicaciones del Tarot como sistema integral de comprensión y visualización de contenidos, fenómenos y dinámicas de la psique humana, que puede ser utilizado como valiosa herramienta de autoanálisis a nivel personal y como potente elemento mediador en un marco de trabajo psico-terapéutico.

Si usted ha leído libros sobre el Tarot, habrá notado que se pueden definir, en su gran mayoría, como escritos de carácter esotérico y mágico, tomando como base interpretativa la astrología, la angelología, la numerología, la cábala, la imaginería religiosa universal, la alquimia y  la visión cosmogónica de cultos ocultistas y paganos -como la gnosis, entre otros- a través de la historia humana. También habrá notado que algunos de estos autores no han dudado en explicar, de forma literal, la estructura misma del Tarot a partir de un sinfín de sistemas de toda índole basándose en algunas coincidencias numerológicas o simbólicas comunes entre ellos y reduciendo erróneamente su comprensión a ese marco de análisis; aunque para muchas personas la visión hermética/ocultista del tema puede ser exquisita y enriquecedora, para otros tantos (como yo, después de muchos años de búsqueda y varias borracheras y empaches místicos) puede dejar más vacíos que encuentros…y sin embargo, cada comentador sobre la materia tiene una parte de razón, incluso cuando se contradiga explícitamente en el interior del mismo texto… he ahí la belleza del Tarot y desde mi punto de vista, la prueba contundente de que se trata de la máquina proyectiva más poderosa que ha inventado el ser humano: para cada investigador resulta siendo, sin importar su postura, el amplificador de su propio estado de evolución psíquica, de sus propias preocupaciones, conflictos, experiencias, convicciones, creencias y conocimientos acumulados por su ego desde el momento mismo de su concepción.

En el momento de enfrentarse a las cartas, cada cual entra en un nivel de interpretación que le es apropiado y posible dentro de su escala formada de valores… de la misma forma que el cosmos no se limita a un modelo que nosotros le demos, el Tarot no se limita a una sola forma de lectura ni a una sola forma de experimentarlo… tampoco está limitado a unas interpretaciones estandarizadas de la experiencia humana pues significaría que nuestras experiencias como seres humanos también lo están y de allí mismo nace la ilusión de desadaptación y culpa por no entrar en un rango aceptable de ¨normalidad¨.

Esta página, en construcción y auto-análisis permanente, busca documentar la exploración directa que hago desde mi práctica terapéutica utilizando el tarot como sistema óptico/numérico/simbólico/narrativo que permite acceder, decodificar y resignificar memorias y contenidos que se encuentran profundamente enterrados en el inconsciente personal y colectivo con el propósito de integrar aspectos de la personalidad que se encuentran disociados y lograr una vida más plena y satisfactoria.

… Si a usted le interesa explorar la plasticidad de su mente, si cree en la capacidad humana de transformar su realidad a partir del auto-conocimiento, si le interesa realizar búsquedas arqueológicas de su historia familiar y personal para resolver nudos pasados y descubrir su verdadero potencial, si cree que su vida puede ser re-editada con el propósito de encontrarle un sentido profundo… está en el sitio adecuado para descubrir al Tarot como una herramienta personalísima para descubrir y transformar aspectos de su psique que hasta ahora han sido oscuros e incomprensibles para su mente consciente…